El sacrificio

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Hoy he hecho novillos. Me disculpo públicamente, pero hoy no he ido al recinto de la competición para ver esgrima, era el día del florete femenino. No me entendáis mal, no tengo nada contra el florete femenino, pero ayer, leyendo una guia de San Petersburgo en el hotel, me enteré de que el domingo cierran las fuentes de Peterhoff. Peterhoff es el Versalles ruso, yo tenia  pensado visitarlo el próximo lunes, pero ver unas fuentes sin agua es como ver un bosque sin arboles, algo incomprensible y sin sentido, así pues alteré mis planes iniciales. De las cuatro jornadas que quedan por disputarse, las tres de equipos y el florete femenino, la elección a sacrificar era simple.

  Para desplazarme hasta Peterhoff, que se encuentra a 17 kilómetros de San Petersburgo, decidí coger un barco, que sale enfrente del Hermitage. Primer problema. Ese día no había barco. Ya andaba un poco resignado a no contemplar tan espectaculares jardines, y buscaba planes alternativos, y eso en San Petersburgo no es un problema, ¡ hay tanto que ver !  ,  pero afortunadamente  la fortuna me sonrió. Cuando  me encaminaba hacia  una de las muchas Catedrales que hay en esta ciudad, escuché a una mujer rusa que hablaba por un megáfono, obviamente hablaba en Ruso, y yo todavía no tengo el don para las lenguas extranjeras que posee cierta sablista del club, pero lo que si tengo muy agudizado el sentido para extraer palabras sueltas de una conversación que no comprendo, de toda la parrafada que estaba  soltando por el megáfono, pude entender una palabra suelta , peterhoff. Me acerqué , y gracias a otros medios de comunicación alternativos a la palabra , ya sea escrita o pronunciada, pude entender que de ahí salia una excursión hacia Peterhoff a las 12:45 y que volvía a las 18:00, y que el precio del viaje era 1200 rublos. ¡Que dotes para el mimo tengo!, todavía estoy sorprendido de que entendiera todos los detalles, pero me subí al autobús, todo  lleno de rusos, camino de Peterhoff. Y la verdad que doy la apariencia de ruso, estando sentado en el autobús, al lado de una bella dama, aunque este adjetivo en San petersburgo sobra, pues no aporta nada a la frase, en San pertersburgo todas las damas son bellas, se me acercó un ruso y me dirigió una parrafada, no me preguntéis porque , ni como, pero entendí por la expresión de su cara y sus gestos, que lo que me estaba preguntando es si podía cambiar el asiento con el , pues la dama a mi lado era su acompañante, sin decir ni mu me levante , cambie los asientos, y me dirigió una ultima palabra que si entendí, es la única que comprendo, espasiva , gracias en ruso.  Al final, después de este viaje creo que voy a poder contemplar películas en koreano en versión original sin subtítulos. ¡ Gracias Lucia !, algo se me ha pegado.

   EL trayecto hasta a Peterhoff duró una hora, y después de otra hora de visita a un Palacio, por fin salimos a los jardines, que se puede decir, de verdad, espectaculares, pese no haber flores, y es que estamos en otoño, lo cierto es que el paisaje era muy bello, las hojas cayéndose, y los arboles con mil y una tonalidades diferentes, cada hoja con una intensidad de color distinta, hacia de todo el conjunto un cuadro muy bucólico y hermoso, digno de ser contemplado. Supongo que en verano sera igualmente tentadora su visita, lleno como estará de flores(estaban plantando en el momento de mi visita), dará a los jardines un toque más alegre, pero recomiendo su visita por estas fechas , todos los parques en San Petersburgo, y hay muchos , son un lugar preciado para perderse y  pasear por ellos, llenos de estatuas, arboles  de gran tamaño, bancos para sentarse a contemplar los mas pequeños detalles. Todo muy bonito.

    Y luego las fuentes. Peterhoff es conocido por sus fuentes, a cada cual mas exótica y peculiar, cada una mas sorprendente que la anterior, escuchar el sonido del agua en este entorno es algo que podía estar haciendo durante horas, pero la visita terminaba a las 17, y solo disfruté de el por dos horas, pero mereció la pena, recomiendo su visita a alguien que se aventure a visitar tan septentrionales parajes. Dejo para el final la cascada central de Peterhoff (http://en.wikipedia.org/wiki/Peterhoff) , posiblemente un poco recargada, pero un conjunto bello para cuya contemplación vale la pena hacer el viaje, estatuas doradas, fuentes, cascadas, el claro ejemplo de la opulencia con la que vivían los zares. Una belleza.


   El trayecto de vuelta duro el doble que el de ida, y es que  en San Petersburgo,  como en Madrid, el trafico es un caos, y a horas punta se forman unos atascos importantes , pero no tengo queja , aprovecha para contemplar el ritmo vital de la ciudad. No pude llegar a tiempo para contemplar las finales de florete femenino,  así que aproveche para pasear por la calle principal de esta bella ciudad de noche, que hasta día de hoy no lo había hecho. Y por si alguien tiene algún prejuicio, aprovecho para decir que San Petersburgo es una ciudad muy occidental, algunas cosas pueden recordar a su pasado soviético , pero a día de hoy no hay mucha diferencia con otras ciudades europeas, muchos restaurantes, bares de copas, tiendas abiertas hasta horas tardías, cines , teatros y como en Madrid, mucha gente por la calle hasta horas tardías y a pesar de ser octubre  y estar tan al norte, no hacia mucho frió.


   Aunque no fui, no puedo terminar esta crónica sin decir que el titulo de florete femenino fue una vez mas para la italiana Valentina Vezzali, la medalla de plata para la campeona del año pasado , margarita Granbazzi, también de Italia y la medalla de bronce la Giovanna Trillini, si, italiana, y la húngara Mohamed. El mismo podio del año pasado, cambiando los dos primeros puestos.


     Mañana , florete masculino por equipos y sable femenino

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