Vida Sana

La grasa numantina no existe

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senderismo.jpgTodos hemos oído decir que es muy difícil perder los últimos kilos. Que al principio es muy fácil perder peso y al final muy difícil. Hay profesionales poco honrados que aprovechan esta media verdad para hacernos creer que existen una suerte de depósitos de grasa que tienen carácter numantino y que sólo pueden ser vencidos empleando armamento pesado: lipoescultura, cremas, y otras zarandajas... Mentira. Si sigues leyendo descubrirás la verdad acerca de por qué hay un momento en el que dejas de perder peso.
Comencemos destruyendo otro mito. Muchas personas culpan de su obesidad al metabolismo. Afirman tener un metabolismo más lento que el común de los mortales y achacan a esta circunstancia su sobrepeso. Nuevamente una verdad a medias fomentada por ciertas industrias. Cierto es que el metabolismo no es igual en todas las personas, pero también es cierto es que salvo problemas médicos perfectamente descritos y diagnosticables, tu particular metabolismo tiene la influencia que tiene, que no es mucha ni insalvable.

Se dice que las personas con sobrepeso tienen el metabolismo más lento, pero lo cierto es lo contrario. Las personas con sobrepeso tienen un metabolismo más elevado que las delgadas. Y el que no me crea que se cuelgue una mochila con diez o quince kilos, se suba una colina y cuando baje que vuelva a explicar eso del metabolismo más lento.

Cuando tienes sobrepeso, todo te cuesta más, subir la colina, levantarte del sillón, incluso estar en reposo te cuesta más...

Pero sí que es cierto que al principio se pierden más kilos que al final... Pues si, y no. Lo que ocurre es que tu balance energético se va reequilibrando hasta que dejas de perder peso. Siguiendo con el ejemplo de la mochila, si vamos quitando peso a la mochila y subimos la misma colina, en realidad estamos haciendo cada vez menos ejercicio, con lo cual la pérdida de grasa será menor... hasta que se detenga.

Cuando perdemos peso, nos convertimos en una versión más pequeña de nosotros mismos y nuestro metabolismo es menor. Si sigues comiendo lo mismo y haciendo el mismo ejercicio que al principio, en algún momento alcanzarás el equilibrio energético. Es decir ni engordas, ni adelgazas.  Perder poco peso o no perderlo indica que tienes que cambiar algo para que tu balance energético vuelva a ser deficitario. Puedes recalcular tu dieta en función de tu nuevo peso, o puedes incrementar tu ejercicio físico o hacer un balance de ambas cosas.

Vía: teneruncuerpazo.com

 

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